Es harto difícil que una persona con sentencia pre-culpable sea inocente. Ahorrémosle pues, tiempo y recursos al país. Doctrina “Russian”.
El “inhabilitado” más conocido, Leopoldo López, hablaba desde Costa Rica sobre el “linchamiento político” que ha representado el proceso de las “inhabilitaciones”, definición que al parecer también podría aplicarse a otros procesos como por ejemplo, el del sindicalista Rubén González, o el de la jueza Afiuni.
Analicemos el caso de las inhabilitaciones políticas. El Señor Contralor de la República emite una sentencia de “pre-culpabilidad”, en la que “se decide”: “el ciudadano o ciudadana xxxx, está incurso(a) en una falta administrativa grave, y por tanto no podrá participar en las actividades siguientes……”. Este dictamen es asumido como válido por todos los Poderes “Independientes”. Y a partir de allí empiezan las declaraciones en cascada.
La primera, la flamante Presidenta del Consejo Supremo Electoral: “haciendo gala del profundo respeto a la democracia del Pacto del Samán de Güere, acato el dictamen, y decido: El ciudadano o ciudadana en cuestión no puede ser candidato a ningún cargo a elegirse en la elección tal o cual hasta que demuestre que es inocente de lo que se le imputa”.
Posteriormente, la distinguida ciudadana Fiscal General de la República aclara a la nación, que la referida persona, gracias a las bondades del sistema judicial, podrá ejercer su defensa en un juicio “transparente y justo”,y que en el caso de demostrarse su inocencia, recuperará en forma inmediata el derecho político de ofrecer su nombre a cualquier candidatura que considere.
Acto seguido aparece en la escena, la Defensora del Pueblo, cuyo papel no menos importante es; “salvar al Pueblo” de personajes “sospechosos de ser altamente peligrosos”. Su declaración deja claro, que en ningún momento se ha parcializado, pero que conociendo muy bien “el sistema de elección” del cargo de “Contralor”, la sentencia obviamente es “cuasi firme”.
Y finalmente aparece la ciudadana Presidenta del Tribunal Supremo de Justicia.
Su declaración es sencillamente “sensacional”: los acuerdos internacionales suscritos por la nación no pueden estar por encima de nuestro Digno Comandante Presidente. En el caso de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos determine que la sentencia de “pre-culpabilidad” está viciada de nulidad, entonces invocaremos la sabiduría del Líder Indiscutible. El es el único que puede establecer la “sentencia definitiva”, porque “él es la voz del pueblo”, y el “pueblo nunca se equivoca”.
Bueno, estimados lectores, cualquier parecido a un “linchamiento político” es pura coincidencia, o mejor aún, es producto del superaparato de propaganda contrarrevolucionaria de los medios de comunicación pitiyanquis.
Un Pueblo con Memoria es un Pueblo con Futuro.
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