En el artículo del día jueves
09/03/2011, observamos que la PDVSA de la “Revolución de los
Cangrejos”, maneja un “sospechoso modelo de pérdidas” en la gasolina,
que es vendido a la nación como una manera de beneficiar al pueblo
proporcionándole un importante ahorro en su bolsillo, pero que en la
“chiquitica”, parece esconderse detrás de ese discurso un gran negocio
de mafias vinculadas al eje “Caracas – La Habana – Teherán”
El argumento central fue sencillo: los valores de consumo interno de
gasolina y diesel no son “creíbles”, por la simple razón, de que llevada
la “cifra oficial” de consumo diario a los niveles “per cápita
personas” o “per cápita vehículos”, arroja la sorprendente cifra de que
cada venezolano mayor de edad consume casi 4,5 litros diarios, o que
cada vehículo usa 20 litros diarios del combustible. De allí, que surja
la hipótesis razonable de que un % de lo que PDVSA declara como “consumo
interno”, en la realidad es la base de un meganegocio internacional,
que lo vende a 130 $/barril siendo su “costo” menor a 3,80 $ el barril
(precio interno del barril de gasolina).
Ahora bien, la otra cara de esta película de la gasolina está marcada
por la “viveza criolla” de parte importante de la gente que tienen
vehículos, ya sean de uso personal o de transporte, así como de parte
importante de la sociedad que sufre de “analfabetismo
político-económico”. Hemos escuchado todo tipo de argumentos para
justificar que en un país “muy rico”, con petróleo hasta más no poder,
la gasolina debe casi que “regalarse”, y que si se llegara a subir,
tendríamos inmediatamente no uno, sino varios caracazos, amén de que la
inflación pasaría a tres dígitos por lo menos.
En otras palabras, se juntaron el “hambre de negocios” y las “ganas
de no pagar”. Estas dos caras de la gasolina, la “mentira oficial” y la
política “juan bimba” de parte de la gente que tiene vehículo, están
jugando con las futuras generaciones de venezolanos. La “corrupción de
valores”, en la sociedad e instituciones, está haciendo que importantes
recursos “no-renovables” sean malgastados diariamente, en proporciones
muy grandes y con consecuencias obvias para la gente y la economía de
PDVSA. La alta contaminación en las grandes ciudades por los “rumildos”
que llevamos por dentro y que tan bien describió Renny, el deterioro de
la infraestructura vial por alto uso, el efecto en el flujo de caja
operacional de PDVSA, y el “obligar” a los ciudadanos de a pié a
“subsidiar” la gasolina que usa una parte minoritaria de la “sociedad
con ruedas”, son algunos de los elementos a superar en el corto plazo. Y
esto hay que hacerlo antes que la “super amenaza” representada por la
posibilidad de que aparezca el día menos pensado una “energía”
alternativa barata para los carros coloque a la gasolina en el papel
“secundón” del carbón en la actualidad.
Esta “decadente” historia de la gasolina venezolana, que por cierto
coloca a PDVAL como un niño de pecho en materia de corrupción, define
claramente el juego de “perdedores” en el que estamos inmersos, y que
nuestros hijos no merecen que se prolongue más.
Por supuesto, la pregunta que viene a la cabeza es cómo colocarnos en un nuevo paradigma.
La única respuesta que tengo hasta ahora, es convertir ya a la
gasolina en un tema político y popular. Contra la manipulación de los
“intereses en juego”, más y mejor información. Contra la corrupción
histórica galopante un gran referéndum consultivo y vinculante ya.
Y este reto es de la sociedad consciente del riesgo en puertas. La
MUD no puede quedarse MUDA ante tan importante asunto nacional, y más
aún, debe convertirse en la gran plataforma para promover el
“Referéndum” y la “Auditoría” inmediata de las gestiones Alí Rodríguez y
Rafael Ramírez.
Por una Venezuela con Futuro para nuestros hijos, Referendum de la Gasolina ya.
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