El video que se enlaza al final, cortesía del diario www.elcomercio.pe, nos muestra una hermosa respuesta colectiva ante un evento poco común ocurrido en una playa llena de personas que disfrutaban de nuestras sabrosas costas.
Esa acción espontánea de la gente, ante un evento que prometía ser un suicidio colectivo de delfines, demuestra que podemos construir soluciones a dramas como éste. Muestra que mucha gente tiene la disposición de invertir minutos de sus momentos de placer, en una tarea por la vida de terceros.
Fue una respuesta natural de muchos, y allí reside su gran valor. Fue contagiosa. Fue como si todos fueran niños y salieran corriendo a salvar a los tiernos delfines. Y uso la imagen de los niños, porque ellos siempre tienen el valor de dar pasos sin llenarse de cuestionamientos inmovilizadores.
Imaginemos por un momento, que tuviéramos un sistema educativo que nos enseñara a practicar esta respuesta solidaria con la vida de los niños en sus diferentes hábitat's.
Imaginemos por un momento, que nuestras empresas públicas y privadas practicaran una responsabilidad social centrada en crear los caminos para transformar nuestros barrios en lugares donde se pueda vivir bien.
Imaginemos que la clase política "saliera de su frivolidad cosmética, y corriera a esas orillas donde se presentan estos retos de ser un país con calor humano, con respuestas espontáneas y efectivas ante los desafíos de construir un mundo mejor".
Imaginemos
por un momento, que tuviéramos una fuerza armada que facilitara, que ese
caminar solidario del sistema educativo pusiera a mover esa fuerza
vital de los niños en el mundo de jóvenes y adultos que sueñan un país
distinto, por ejemplo, un país con "pobreza cero", "una nación sin barrios pobres".
Está claro, que para ello, hace falta promover la transformación, sensibilizar desde los miles de videos de la vida que demuestran esto sí es posible. Pasarlos continuamente. Sería como eliminar esas cadenas presidenciales estúpidas, y sustituirlas por micro-cadenas que bien pudiéramos llamar "3 minutos por la vida".
Los niños son nuestro mejor relevo a una sociedad con futuro. Es más, son nuestro único relevo. Claro, no será cosa de 3 minutos, como fue el caso de este canto a la solidaridad que promueve la vida.
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