miércoles, 23 de noviembre de 2011

Sobredosis

Michael, enfermo y genio hasta su sepelio
Por Iñaki Gainzarain. @igaztelu

"Para una Sociedad, su peor enfermo es el enfermo de Poder"
¿Cuál fue la verdadera naturaleza de su sobredosis de actuación? ¿La angustiosa necesidad de ser aceptado? O simplemente, ¿la ansiedad del que quiere eternizarse?
La infancia de Jackson marcó su temprana desgracia. Su tesón y talento consolidaron su carrera como músico. Sus ansiedades y su sobredosis de actividades, lo convirtieron en un cuasi zombi, en un impresentable fuera del escenario.
Sus colores de piel, con su antes y después, lo “benettonizaron” para siempre.
Su música con su danza mágica recorrieron el mundo en un abrir y cerrar de ojos; una proeza que muy  pocos han conseguido en la dinámica sociedad actual.
Sus debilidades lo expusieron al lente de los medios, y a la mirada acusadora de padres víctimas de la violación precoz de la intimidad de sus familias.
Michael llegó al punto, de que su abrazo con la muerte fue capaz de cohesionar simultáneamente a más de mil millones de personas frente a una TV.
En cada país tenemos este tipo de enfermos. Venezuela tiene uno. Es un enfermo por el Poder, y un Genio de la manipulación de las emociones.

Hombre acomplejado, marcado por su infancia y problemas con los padres. Admirador de los dictadores vivos. Apasionado por los escenarios y la televisión. Inigualable Promotor de retaliaciones, y cohesionador único de resentidos.
Es un hombre que llegó a flotar entre las masas, con su imagen de mago justiciero salido del cajón del Bolívar de polvo.  
Y nuestro personaje también carece de humildad, ésa que permite a los seres humanos recapacitar, pedir perdón, cancelar cualquier locura de su yo. Humildad que se constituye en authoritas moral, cuando es reconocido por amigos y enemigos.
Chávez, rumbo a su libreto mortal

Nuestra historia se inscribe en el drama de una sociedad heterogénea, insolidaria, e inmadura, política y económicamente hablando. Una sociedad con amplios sectores de la población que siguen viviendo en la histórica “Encomienda”, donde nuestro personaje se convierte en su encomendero, suerte de protector y repartidor. Una sociedad en la que pequeños grupos superaron la dependencia, pero son incapaces de voltearse a ver como liberan a sus compatriotas, y vecinos del pasado, a ver como les tienden una mano para sacarlos de La Encomienda.
Nuestro genial enfermo, que camina en un laberinto que solo conduce al corredor de la muerte, no solo no escarmienta con lo que le está sucediendo a sus compadres del totalitarismo, sino que se entrega a su carcelero, el cubano y ególatra mayor, ése que a su vez lo necesita a como dé lugar en la Silla  que amamanta la decadente Encomienda de la Isla.
Ahora bien, esta situación representa una oportunidad de oro para la Oposición Democrática, y también para las bases desencantadas de El Encomendero. Y eso, gracias a la prepotencia y arrogancia del personaje, que en lugar de pasar a retiro, ha decidido, como lo hicieron Michael, Elvis, Mercury, entregarse a la Sobredosis.
Si la unidad está presente en cada rincón del país; y, si el Pusv termina consolidando su guerra interna por la Sucesión, entonces el personaje se fundirá.
Sobredosis, un tablero clave para el Cambio en el 2012.

Muchos Reyes Buenos entendieron en su tumba, el significado de la inmortalidad.

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