domingo, 15 de enero de 2012

El “Síndrome de Estocolmo” en la Venezuela Siglo 21.

Por Iñaki Gainzarain  -  @igaztelu

En la reciente presentación de la "Memoria y Cuento" del ComaAndante Presidente, viernes 13/01/12, la única persona en reclamarle respeto y seriedad al orador, fue la diputada independiente María Corina Machado, quien lo hizo a las ocho horas de tan cansón, ridículo y absurdo discurso. Y digo cansón y absurdo, porque un hombre enfermo como él, no puede ni debe  jugar a vender la imagen del hombre fuerte. De hecho, el efecto no se dejó esperar: tuvo que suspender su programa “Aló Presidente”, que debía realizarse el domingo siguiente, el día 15.

Posteriormente hablaron 2 diputados, uno de Primero Justicia y el otro de Acción Democrática (padre político  de Un Nuevo Tiempo). Fueron dos intervenciones para pedir "favores" al ComaAndante Presidente. Ninguno de ellos tuvo palabras para defender a la diputada del fuerte ataque que recibió de la bancada oficialista, y del propio orador.

Esta realidad de una bancada que se caló 10 horas de discurso fantasioso y fastidioso, y que no tuvo un juego de equipo, revela la difícil situación que vive la política venezolana del lado de la sociedad democrática que busca cambiar el curso de la Venezuela de hoy. 

Uno esperaba ver una bancada más rebelde, más insumisa, más irreverente. Tal vez la palabra es irreverente. Yo esperaba ver pancartas y consignas. Esperaba que a las 2 horas del monólogo se interrumpiera al personaje para exigirle un tiempo corto para terminar, porque de lo contrario se retiraría la bancada de la oposición. Me imaginé que sacarían fotos de madres víctimas del drama de los homicidios, fotos de las carreteras caídas en el 2011, fotos de los saqueos populares (suerte de micro explosiones sociales), fotos de las cárceles, hospitales y escuelas abandonadas por el régimen. Fotos de los militares buchones, fotos de las mansiones que se están construyendo en el Country Club. Pero lo que vimos fue una bancada calladita y educadita, salvo el caso de la intervención tardía de la diputada Machado.
 
Para entender el por qué de estas situaciones, es bueno hacer un recorrido de los eventos claves de los últimos años.
 
Los años 2002, 2003 y 2004 fueron testigos de una resistencia civil honorable y memorable. Luchas pacíficas de la clase media y parte de los sectores populares, carentes de estrategia y liderazgo político claro. Una lucha que dejó una buena cantidad de muertos civiles, y evidenció el rostro militar del régimen que terminó asentándose en el poder a partir de marzo del año 2003, por cierto, año en el que el gran dictador de dictadores, don Fidel Castro, conquistó uno de sus trofeos más codiciados: Venezuela. Ese año se crearon los productos políticos, de consumo masivo, denominados misiones, y se diseñó el perverso sistema electoral electrónico, ambas, puntas de lanza de la ofensiva del “régimen cínico militar”. Y digo cínico en lugar de cívico, por el juego descarado en el uso de símbolos civiles por parte del gobierno militar y su aparato de propaganda.
 
Luego del fraude electrónico del referéndum revocatorio de agosto 2004, sobrevino un “down colectivo” cuya manifestación política más clara fue el evento de elección de diputados en diciembre 2005, acto que registró una abstención de aproximadamente 84% del electorado.
 
La falta de claridad política de la población, probablemente producto de factores como el gran individualismo imperante, el desvanecimiento de los grandes partidos, y el efecto “antipolítica” de los grandes medios, trajo como consecuencia que ese “poder” demostrado en las elecciones del 2005 quedara a la deriva, sin ningún liderazgo que fuera capaz de canalizar la fuerza exhibida en la vía de eliminar el fraudulento sistema electoral electrónico.
 
En el año 2006, la dirigencia de los partidos tradicionales y sus divisiones, todas organizaciones pequeñas, establecieron un acuerdo. La tres caras visibles de este proceso de participación electoral fueron: Teodoro Petkoff, Julio Borges y Manuel Rosales.  El triunvirato representaba en esencia a 2 partidos regionales: Primero Justicia (Borges) y Un Nuevo Tiempo (Rosales). Estas eran las nuevas caras de la política alternativa al mundo “cínico-militar”.
 
Los partidos asumieron como “confiable” el sistema electoral electrónico que tan buenos resultados le dio al régimen militar en el año 2004, y a su aliado estratégico “Smarmatic”. La cúpula partidista le dijo a la sociedad que había cometido un gran error al abstenerse en el año 2005, y  que ahora tocaba votar. En el 2006 se acudió a las elecciones aceptando las reglas impuestas por la tecnoburocracia siglo 21 del Consejo Nacional Electoral (CNE).
 
El 2006, es el año de la consolidación de un sistema electoral que subordina el acto soberano de la gente a la primacía de las máquinas y sus “administradores”. Es el año que marca formalmente el inicio de la etapa histórica que he denominado “Síndrome de Estocolmo”.
 
El año 2010 se realizó el evento electoral para renovar la Asamblea Nacional, Poder Público que tiene las facultades de renovar a su vez a los otro poderes “independientes”. Como jugada previa, el Régimen, con su mayoría ultra absoluta,  realizó un “pequeño” cambio a los circuitos electorales. El liderazgo de los partidos, con un Rosales ya “escapado” a Perú (a pesar de haber retado al Presidente a que lo buscara donde quisiera), no opuso la más mínima resistencia. El resultado fue que con 52% de los votos, la oposición solo obtuvo el 39% de los diputados. En otras palabras, el resultado fue: ganaron ustedes pero nosotros seguimos mandando, por aquello de los trucos de Ley. A partir de esta elección, la AN vuelve a darle todos los poderes al ComaAndante Presidente, y la película sigue siendo la misma: expropiaciones, destrucción del aparato productivo, insultos, descréditos, endeudamiento nacional, homicidios, populismo, loterías sociales......
 
A finales del 2011, la A.N. aprobó que las elecciones presidenciales serán en octubre 2012 (en lugar de diciembre), y estableció que la entrega del gobierno es en enero 2013. Y la dirigencia de la oposición tampoco opuso resistencia. ¿Por qué aceptar las elecciones en octubre, si de paso sabes que el veintiúnico candidato del régimen está gravemente enfermo? ¿Por qué aceptar elecciones en octubre y entrega en enero, si lo que tocaría es la entrega en noviembre?
 
Las Primarias de la oposición serán en febrero 2012. La comisión electoral de la Mesa de la Unidad,  ha declarado reiteradamente que no se sabrá quienes votaron en el evento. Que bastará con destruir los cuadernos electorales para garantizar el secreto de quienes asistieron a votar. Pero divulga muy poco, que esta “seguridad” es producto de que en el acto electoral no se usarán  las famosas capta huellas, popularmente conocidas como “cazahuellas” (Primarias sin "cazahuellas": ¡Good point Mrs Albanez!).
 
Esta pequeña secuencia de momentos claves revela que la oposición no está retando a un régimen en decadencia. Sigue aceptando sus reglas como si no existieran alternativas. Sigue aceptando las migajas que ofrecen los militares cuando lo ven conveniente a la coyuntura particular.
 
La película podría tener cambios después de las Primarias. Los únicos dos candidatos que tienen un planteamiento "rompe" Síndrome de Estocolmo tienen pocas probabilidades de ganar. El diputado de Primero Justicia que intervino para pedir favores, aspira a ser Alcalde del municipio para el cual pidió las ayuditas, y de paso, es del partido del que se dice que está primero en las encuestas. De ellos, por ahora, solo podemos inferir que aspiran a tener el "permiso" para ser el 4to gobierno de la 5ta República.
 
Si el candidato o candidata que salga ganador en la contienda de las Primarias, te afirma que se puede ir tranquilo  a votar con el sistema electoral actual, entonces, siéntate a ver que ha pasado del 2004 para acá, y concluye que el próximo presidente será el ComaAndante o quien éste designe a última hora.
 
Esperemos por el bien de Venezuela, que la persona elegida tenga la honestidad y el temple para retar a los militares en la única batalla real que ellos planifican detalladamente: el control total de las elecciones. Esperemos que tenga la visión para exigir condiciones mínimas para ir a votar. Porque además, si el Régimen Cínico Militar se niega y no votamos, en el corto plazo volveremos a tener elecciones, por razones de la salud del personaje, y ya habremos marcado la exigencia mínima para ir. 
 
De ser así, podremos poner fecha de vencimiento al "secuestro militar de la democracia", podremos ir cerrando nuestro período del “Síndrome de Estocolmo”.

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