viernes, 7 de septiembre de 2012

¡Qué suenen las campanas por la Paz!

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Ignacio Gainzarain 
@igaztelu    Blog: www.gainzaedmat.blogspot.com

La Iglesia Católica ha sido un referente fundamental para superar muchas de las profundas crisis de nuestra América Latina. Las Iglesias, han sido refugios de los débiles y oprimidos, y micrófonos de las causas olvidadas.
Pastores evangélicos, rabinos judíos, y curas católicos, han tenido que dar la cara ante cantidad de atropellos de enemigos, y ante los desvaríos de las élites en el manejo de asuntos públicos altamente sensibles.
Ruben Blades inmortalizó una canción dedicada a un prohombre: Arnulfo Romero. Eran tiempos de una derecha miserable, y de un militarismo con las manos llenas de sangre. Fue la historia un hombre de la Iglesia que no calló ante los abusos y matanzas de los poderosos. Ese canto al valor de Monseñor Romero, hoy nos convoca ante una nueva mutación de los antiguos conquistadores.
Venezuela requiere hoy, del liderazgo religioso honesto, y comprometido. Probablemente, mucho más de lo que pensamos. 
Estamos en manos de un militarismo tecnocrático y con vocación totalitaria, que al son de una danza izquierdosa, saquea al país, permite sospechosamente que la “violencia social” convierta las calles en ríos de miles de sangres (150.000 homicidios - 12 años); y que además, no se da por enterado, de los negocios de la droga, ésos que prosperan todos los días en cuanto rincón e institución se instalan, y que llenan sus bolsillos de billetes verdes y  a sus damas de doradas joyas. Los militares de la derecha centroamericana, relevados por los militares de la izquierda venezolana, son las dos caras de la misma moneda: la Dominación.
Y en este marco, nuestras élites electoreras han decidido volver a llevar al pueblo a otro evento, marcado por el ventajismo, la gran mentira -la transparencia del Registro Electoral y la libertad del elector-, y un final casi que conocido.
Pero esta vez, no estamos hablando de una elección más, porque en esta oportunidad estamos asistiendo al nacimiento de un modelo de elecciones que se inscribe, en el uso quirúrgico de un pequeñito dispositivo (ver enlace al final - artículo sobre la captahuella) que pesa enormemente en la mente de los más necesitados, y muy específicamente, en el mismísimo segundo antes de pisar el botón del voto.
Dentro de 30 días, el CNE y el gobierno, pretenden consolidar un sistema que conecta la huella del elector con el voto de su elección. Esta audaz pretensión, solo puede ser iniciativa de osadas mentes entrenadas en las habilidades más sutiles de la dominación y el control.
"captahuella conectada a la pantalla de opciones electorales"

Y el Régimen organizó con el CNE (4 rectores del gobierno) un SIMULACRO, para ajustar los detalles de su maquinaria, ante su urgente e imperiosa necesidad de triunfar. Y como resultado, pudimos observar, la bajísima participación de los sectores alineados con la Unidad Democrática, que ya tocados por experiencias anteriores, prefirieron "pasar agachados", y reservarse para el 7O.
Y las élites que tienen el deber histórico de cuestionar esta aberración de un sistema electoral, nos han inscrito sin rechistar. Y ahora, entramos en una recta final, de un juego altamente peligroso para nosotros, y con posibles consecuencias nefastas para futuras generaciones, una vez que el 7O deje atornillado esta novísima formulación de la sumisión de los electores al poder.
Porque ejemplos sobran de como el Régimen ajusta cuentas apenas gana un evento, sea electoral o de otra naturaleza. Desde haber despedido de un plumazo a 20 mil trabajadores de PDVSA (2003), pasando por producir las listas electrónicas del apartheid (2004), hasta aplicar el contenido de la reforma constitucional, con todo y haber "perdido" el referéndum del 2007. Ni qué decir de la victoria "pírrica" de la oposición en las elecciones de la Asamblea Nacional del 2010, que siendo mayoría en votos, apenas obtuvo el 37% de los diputados,  imposibilitando así, cualquier intento de equilibrar las fuerzas en los distintos poderes públicos.
Y la imaginación se puede quedar corta ante las eventuales acciones que tomaría el Régimen de ganar el 7O. Un triunfo de estos militares vinculados a las mafias internacionales y a dictaduras inescrupulosas, colocará sobre su mesa la posibilidad cierta de saber muy fácilmente por quien vota cada elector. Y eso, son palabras mayores cara al futuro.
Y como hecho altamente preocupante, tenemos el silencio del candidato en esta materia. No ha insinuado nada respecto a que propondría redefinir en el sistema electoral electrónico, al día siguiente de ser elegido presidente. Tampoco se vislumbra un hilo conductor de una posible impugnación de resultados, toda vez que los principales voceros de la MUD andan alabando el sistema electoral venezolano en sus diferentes paseos por el mundo, y reduciendo el problema electoral, a un ventajismo del presidente en el uso de los medios de comunicación, y a que un fraude solo sería posible si no hay testigos en las mesas.
Apelar por tanto a las Iglesias, no es un recurso caprichoso, sino por el contrario, es un paso inevitable, y un deber ineludible. Llegó la hora de subir a los campanarios.
A monseñor Romero, como dice la canción, “lo halló la guerra un domingo en misa”. Lo mataron al día siguiente de pronunciar estas palabras: Yo quisiera hacer un llamamiento de manera especial a los hombres del ejército y en concreto a las bases de la Guardia Nacional, de la policía, de los cuarteles: hermanos, son de nuestro mismo pueblo, matan a sus mismos hermanos campesinos y ante una orden de matar que dé un hombre debe prevalecer la ley de Dios que dice "No matar". Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la ley de Dios. Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla”. 
Hoy las Iglesias deben exigirle a las autoridades hacer realidad principios tan sencillos, como “No mentirás”, “No robarás”, y “Protegerás a todos por igual”.
Hoy más que nunca, debemos trabajar por la libertad y seguridad de los electores, y ello, en los momentos más importantes de esta trascendental elección: al pulsar el botón del voto, y al momento en el que cae la tarde y se cuentan todos los votos.

Y en tal sentido, elevamos a las Iglesias una solicitud concreta:
Qué exhorten al CNE, y a la Fuerza Armada Nacional, a comprometerse a:

1.- Colocar las captahuellas en la disposición que tenían en las anteriores elecciones (a la entrada del Centro de Votación). En otras palabras, no activar el binomio SAI-Pantalla de Votación;

2.- Si las captahuellas causan enormes colas y retrasan el evento electoral, que sean eliminadas como requisito para votar, y que baste con mostrar la cédula laminada, todo ello, en pro de garantizar que las colas no se prolongue hasta la noche;

3.- Exhibir en todas las mesas de votación, publicidad del CNE que diga, que el VOTO es LIBRE y SECRETO;

4.- Garantizar la seguridad de los ciudadanos, y en especial, de los testigos que deseen participar en el proceso electoral, y del público que quiera presenciar el escrutinio de las mesas de votación, proceso éste, que se lleva a cabo al final de la tarde y en la noche;

5.- Ordenar que se cuenten todas las papeletas de todas las urnas de votación, para facilitar que la gente acepte los resultados finales;

6.- Emitir el primer boletín oficial del CNE a las 7:30 pm del mismo día, y a partir de ese momento, un boletín cada hora;  y,

7.- Colocar un servicio de transporte para que la gente pueda ir, en la noche, del centro electoral a una ruta segura de transporte público; 


¡Por unas Elecciones Transparentes, Libres y Soberanas,
que suenen las campanas venezolanas!

Enlace vinculado:
http://gainzaedmat.blogspot.com/2012/05/la-captahuella-como-falacia-del-cne.html

Coro del “Padre Antonio y su Monaguillo Andrés”:
Suenan las campanas
la tierra va a temblar
suenan las campanas
por “la Libertad”
suenan las campanas
oh; virgen señora
suenan las campanas
“es nuestra hora”
suenan las campanas
de Antonio y Andrés
suenan las campanas
ven y óyelas otra vez
suena la campana
por una “nación” hermana
suena la campana
“de la lucha venezolana”
suena la campana
mira y tu verás
suena la campana
“es hora de la Paz".

Nota: las palabras entrecomillas no son las del autor. Suponemos que el autor no tendrá problemas en apoyar esta causa hermana.

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