jueves, 7 de junio de 2012

“Justicia para Todos” sienta a las Captahuellas en el banquillo de los acusados

Ignacio Gainzarain  -- @igaztelu

Imaginemos por un momento, que aquel programa que dio a conocer a Julio Borges en los 90’s, hubiera continuado, y hoy, de la mano de una abogada irreverente se atrevió a sentar al SAI, con sus defensores y objetores, en el banquillo de los acusados por la historia.

El Polígrafo Electoral Siglo 21

Esta joven abogado, morena, oriunda de Anzoátegui, y ex militante de Justicia Primero, convoca a los involucrados, a raíz de las denuncias de un grupo de jóvenes nerd’s, líderes de un movimiento estudiantil multiracial  que divide la historia en antes de Bill G y después de Bill G (a.b./d.b.), y quienes asistidos en el reclamo social por un abogado entrado en edad, pero sensible a lo que le pueda suceder a sus quince nietos, lograron convertir sus conocimientos en una causa de orden público nacional y latinoamericano.
Por el lado de los defensores del sistema electoral actual, tenemos a un representante de la MUD, el Sr. Towers, y a un excelso líder de la “pax bolivariana”, que no requiere mayor tarjeta de presentación, el Mr. George, siquiatra, resentido con causa comprensible, y padre de la criatura.
La audaz Juez de Paz, muy popular en la TV, se aproxima al problema a través de la pregunta siguiente: ¿qué tan fácil es para una de las partes violar la dignidad de la otra, y someterla posteriormente a vejámenes públicos y exclusiones en el ejercicio de sus derechos, tales como el acceso a un empleo, pensión, programas de educación, salud, recreación familiar?. Dicho en cristiano, qué tan fácil sería violar el secreto del voto, y cuáles podrían ser sus peores implicaciones, toda vez que se conoce lo sucedido en el 2004, con la famosa Lista del hoy difunto Tascón.

Entra la Juez  al Estrado y solicita silencio para iniciar la histórica sesión. Recibe la acreditación de los convocados, y va directo al grano con la siguiente pregunta dirigida a los defensores del SAI:
¿El actual sistema de votación garantiza el secreto del Voto?
Sorprendentemente, tanto el representante de la MUD como el siquiátra Jefe del Comando CaraBOBO, responden casi al unísono: “el programa garantiza que no hay secuencia posible entre los datos que almacena el dispositivo denominado Captahuella y la pantalla donde el elector elige su candidato”.


La Juez repregunta: ¿Pero si un elector pone el dedo en la Captahuella y acto seguido lo pone en la Pantalla de votación, no habiendo otro elector en medio de la operación, resulta obvio que ambos pasos mantienen una correlación única en las máquinas, así como en la mente del elector”. ¿Cómo garantiza el sistema que no hay relación entre los dos pasos tan obviamente sincronizados?
George, padre de la criatura, con una sonrisa de ingeniero nerviosillo responde: “Señoría, este gran sistema  tiene previstas unas simples instrucciones en el código del programa, que desordenan las secuencias y hacen imposible que se relacionen los registros en las dos máquinas, garantizando además que elector o electora no puedan ir a otro centro a votar con una cédula laminada falsa”.
La Juez mirando al experimentado siquiatra comenta: “Usted quiere decir, que la Captahuella almacena el dato de que la persona con la huella XXX votó en el centro YYY, y a su vez, el programa que maneja la pantalla de votación guarda el voto escogido por este elector, y que gracias a una simple instrucción se desordenan las secuencias y se garantiza el secreto del voto. Entonces, ¿por qué no han exigido al CNE que haga público el código fuente del programa que ustedes afirman que en forma tan sencilla y segura hace lo anterior?”.
Ambos personajes afirman que ellos se han reunido en privado con los técnicos del CNE, y han tenido los programas fuentes, confirmándose que es verdad lo que ellos dicen”.
La Juez reclama más seriedad: “Ustedes son representantes de un derecho humano tan fundamental para la democracia, como es el derecho a elegir sin coacción. Si ustedes tienen los programas, ¿Por qué no los han puesto en una página web, para que los jóvenes profesionales de la computación y la matemática los puedan analizar, y de encontrar defectos señalarlos para su eventual corrección?
Ambos representantes, mirándose las caras comentan, “la verdad no lo habíamos pensado hasta ahora”.
Acto seguido dirige su mirada al abogado representante de los jóvenes denunciantes. ¿Qué tan fácil es que con este sistema se pueda saber por quién vota la gente?
El experimentado defensor de causas perdidas, asistido por uno de los especialistas en computación, le responde: “muy simple su Señoría: elimine la simple instrucción que desordena las secuencias en las 2 máquinas”.
La Juez repregunta: ¿Eso se podría hacer en algunas máquinas y en otras no?. El curtido abogado sonríe y le responde con otra pregunta. ¿Señoría cuando usted está pagando una factura en el supermercado con una tarjeta, acaso no ha recibido inmediatamente un mensaje en su celular en el que le informan que su tarjeta acaba de ser usada para pagar en tal establecimiento un monto por Bs XX, y que si no está de acuerdo, que se comunique para bloquear la transacción? La computación de hoy día permite casi todo. Este sistema podría tener 5000 máquinas sin la instrucción A y las otras 40.000 con la instrucción A. Y además eso se podría hacer quince minutos antes de iniciarse una elección, sin la necesidad de movilizar el personal a cada máquina, tal y como hacen las telefónicas y los bancos cuando actualizan ciertos sistemas y le piden al usuario que durante unos minutos no use el sistema porque estarán actualizando un programa.”
La Juez, para ir cerrando, rechequea el tema de “UNA persona UN voto”: ¿Cómo se puede probar si el dispositivo de la Captahuella cumple su cometido? El abogado pide permiso para acercarse a la Juez para entregarle un estudio técnico que plantea cómo realizar un experimento que demuestre si lo hace o no lo hace. La Juez asiente, y a su vez le pide que describa resumidamente y en palabras sencillas como sería esa prueba.
“Su Señoría, bastaría con colocar en un stadium techado 300 o 400 dispositivos Captahuellas con cada una de sus laptops. Sería algo así como simular 400 colas de las 45.000 colas que se forman el día de las elecciones en todo el país. En cada Captahuella se colocan 20 personas en cola, y se les pide que coloquen sus pulgares para que el aparato los identifique. Ojo su Señoría, no se le pedirá la Cédula laminada hasta que la máquina, al comparar la huella con las otras 19 millones de huellas existentes, identifique al participante. Acto seguido, si el aparato no identifica a la persona se coloca identificación sin éxito, y si identifica a la persona, se anota cuanto tiempo tardó, y el funcionario le pediría la Cédula de Identidad para ver si coincide con el dato que aparece en la pantalla. De ser el mismo, se le pide a este elector que salga de esta cola, y se coloque en la cola de la Captahuella que tiene en la fila que tiene a su derecha. Cuando le toque el turno en esta nueva cola, se le solicita que coloque su pulgar  para verificar si esta Captahuella detecta que ya votó. Al hacer este segundo acto, el voluntario se puede retirar. Este experimento sería representativo, porque abarcaría un 1% de las colas del día de las elecciones, y solo requeriría a unos 500 funcionarios del CNE, y un voluntariado de unas 8000 personas dispuestas a pasar un sábado en la mañana haciendo el experimento en el estadium. Y su Señoría, estos jovencitos en su estudio, aseguran que el experimento demostrará que las Captahuellas no podrán identificar a los 8000 voluntarios en el transcurso de la mañana”.
La Juez hablando en voz alta, resume lo escuchado: “¿Ud. me está diciendo que bastaría con una prueba a realizarse en una mañana de un sábado cualquiera, para demostrar si este dispositivo hace lo que dicen que hace?”. El Abogado de las causas perdidas, le responde con voz clara y definitiva, “Si su señoría”.
La Juez voltea hacia los representantes de la MUD y el partido del Gobierno, y les pregunta: ¿Uds. tendrían alguna objeción para realizar este sencillo experimento? Ninguno de los dos se atreve a decir que no, toda vez que están conscientes de que medio país los está viendo en el popular programa “Justicia para Todos”.
La Juez continúa:
¿Podría saberse en tiempo real quién ha votado o no a una determinada hora?
Los representantes de los partidos saltan con un NO rotundo. La Juez voltea y pregunta su opinión al representante de los estudiantes. Éste le responde solicitando la posibilidad de presentar un video corto de cómo funciona la página web que gestiona las labores de las patrullas electorales del partido de gobierno. La Juez asiente, y los presentes y no presentes observan estupefactos como el video muestra la denuncia de un grupo de patrulleros que le explican al youtubevidente, que el partido los presiona constantemente el día de las elecciones, con mensajes a los celulares de los que no han acudido a votar. Incluso, que el coordinador de cada patrulla recibe, a partir del mediodía, un mensaje de texto con los nombres de los patrulleros que no han votado, con cortes a cada hora.
La Juez lanza una pregunta inocente: ¿Son usadas las Captahuellas en los censos de la Misiones, como por ejemplo, la Misión Vivienda? De pronto un silencio sepulcral se apodera del Salón.
Y para finalizar: ¿Por qué no es la cédula de identidad el documento básico para poder ejercer el derecho al voto?
Los representantes de la MUD y del partido de Gobierno, agotados por la presión de millones de miradas de jóvenes y madres, afirman: “Su señoría, hay muchos multicedulados en la calle, y éstos podrían alterar los resultados de una elección presidencial. No ha ocurrido hasta ahora, pero podría ser la primera vez.  Es que, su Señoría, debemos comprender que el Sistema de Cedulación, en estos 13 años, todavía no ha logrado crear una cédula difícil de falsificar.”
La Juez pide un receso para decidir conforme a la Justicia de Paz.
A los veinte minutos se inicia de nuevo la sesión, y la Juez lee su sentencia:
Primero: se ordena al CNE la realización inmediata, y en forma pública, del experimento descrito en el estudio técnico presentado por una de las partes, y debidamente identificado en el expediente.
Segundo: Se prohíbe al CNE hacer publicidad sobre las captahuellas hasta que se aclare si cumplen con la tarea asignada.
Tercero: se ordena al CNE publicar el código fuente del programa que gestiona las captahuellas y las pantallas de votación.
Cuarto: se ordena al partido del Gobierno a que entregue el código fuente de las páginas web utilizadas por el partido con objetivos electorales.
Quinto: se convoca a las universidades a realizar, en un plazo de treinta días, el análisis de estos programas de computación.
Sexto: Si el experimento de las Captahuellas demuestra que estos dispositivos no garantizan “UNA persona (huella) Un voto”, entonces se ordena su retiro del sistema electoral, y se procederá a validar a la Cédula de Identidad como único documento necesario para ejercer el voto.
Séptimo: De eliminarse los dispositivos denominados Captahuellas, se procederá a destituir a los Directores del CNE de sus cargos, quienes deberán ser sustituidos por la Asamblea Nacional en un plazo que garantice la realización de las elecciones presidenciales.”
La Jóven Juez, se levanta y se retira del estrado en medio de la admiración de millones de televidentes,  que acto seguido se identificaron con la versión del himno nacional cantada en el Estrado por los jóvenes nerd´s: “¡Abajo Cadenas! ¡Abajo Captahuellas! gritaba el Señor, gritaba el Señor”.
La Juez, pensando en voz alta, se retira reflexionando: “como algo tan obvio como el tema del peligro que representan las máquinas del “super moderno” Sistema de Autenticación Integral (SAI), resultó tan ocultado por grupos con intereses sospechosos, que si no hubieran aparecido estos nerd´s con su curiosidad irreverente, habrían condenado a las futuras generaciones a vivir con el Síndrome Tascón-Díaz”.

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