Ignacio
Gainzarain @igaztelu
Este
artículo está dirigido a:
·
En
primer lugar, a la gente de a pie, para que presione a las Elites en la urgente
transformación del sistema electoral venezolano.
·
En
segundo lugar, a los historiadores Tomás Straka y Elías Pino Iturrieta, y al
sicólogo social Angel Oropeza.
·
En
tercer lugar a los comunicadores sociales, César Miguel Rondón, Vladimir
Villegas, Nelson Bocaranda y Leopoldo Castillo, quienes hoy día dirigen
programas importantes, en los que necesariamente deben ventilar la nula
transparencia del sistema electoral.
·
En
cuarto lugar, a las organizaciones de Derechos Humanos, para que vayan creando
el concepto correspondiente al delito de “fraude
electoral masivo”, como parte del portafolio de los delitos de lesa
humanidad.
·
En
quinto lugar, al Candidato de la MUD, para que corrija su posición ante este
CNE, dado que todavía hay tiempo para enmendar errores graves de la campaña en
curso.
RESUMEN
Los
dispositivos denominados “captahuellas”, popularmente conocidos como “cazahuellas”, no hacen
lo que el CNE dice que deben hacer. Estos aparatos no están en capacidad
de hacer realidad el lema oficialista “1
persona 1 voto”.
El
procedimiento de identificación de huellas del proceso electoral no impide que
voten los llamados “multicedulados siglo
21”.
Al
estudiar las razones por las que el Régimen se esmera en mantenerlas, tenemos
en primer lugar, el valor táctico que proporciona la información en tiempo real
de la tendencia de la votación, seguido de la rápida identificación de las
cédulas que no han sido activadas como votantes, hecho que facilita la búsqueda
de los patrulleros que no han votado a determinada hora de corte, generando
como valor añadido para el Régimen la “sensación” real de que el PSUV sabe por
quién votas.
La
“cazahuella” se ha convertido en el
verdadero “caballo de troya siglo 21”,
con el cual este Régimen Militar va tomando progresivamente las “colinas” ubicadas
en las mentes que aún se resisten a ser “Misión dependientes”.
El
silencio (cómplice) de las élites electoreras de la oposición y de gremios de
especialistas, ha permitido que el CNE no haya tenido que someterse a “experimentos públicos” que desenmascaren
los peligros y las mentiras de este sistema maquiavélico de sometimiento de la
soberanía del elector al poder concentrado del Líder Único. Y estos
experimentos son de naturaleza sicológica (al estilo del célebre Dr. Stanley Milgram y sus pruebas de obediencia a la autoridad), y de
carácter matemático computacional.
Y
en el marco de esta cooperación tácita de las Élites Electoreras, la Revolución
da un paso audaz, colocando sobre la mesa su tan apreciada “Joya” de la Corona
Bolivariana: la máquina integral de votación. Este juguete del control, se basa
en la integración de la “cazahuella”
a las pantallas de votación, ubicadas juntas las tres (ver foto más adelante).
Este aparato es una versión electoral del famoso polígrafo
de la verdad,
y dará mucho que hablar en el momento en que se haga un juicio histórico
independiente al sistema electoral bolivariano.
Finalmente,
se plantean unas conclusiones preliminares y una propuesta de “Qué Hacer”,
fácil de implementar, y centrada en 4 puntos básicos.
En
lo sucesivo se usará la palabra “cazahuella”
en lugar de “captahuella”, por aquello del valor de la sabiduría popular.
El
índice de este artículo es:
·
Antecedente
documental para estudiar el Poder Electoral.
·
El
“deber ser” de la Cazahuella.
·
El
tamaño del Desafío del Sistema de Cazahuellas
en una Elección de 50.000 mesas.
·
La
realidad actual del Sistema de Cazahuellas
en tiempo real.
·
Sobre
el Sistema de Cedulación Nacional.
·
El
doble mito de los multicedulados.
·
Las
Cazahuellas: el “Pecado” de las
Elites Electoreras.
·
La
Revolución avanza: “de la cazahuella
al Polígrafo Electoral”.
·
Conclusiones
Preliminares.
·
Qué
Hacer cara a la Elección Presidencial.
·
Mensaje
a García.
·
Reflexión
gráfica para los ciudadanos de a pie.
·
Comentario
sobre la creatividad de los “caraduras” del CNE bolivariano.