domingo, 7 de agosto de 2011

Sres Diputados de la MUD, con los permisos, llevan de dos dos...

La diputada Rosaura Sanz (partido PJ) expresó con motivo del segundo permiso al Presidente ¿Enfermo?: “nosotros como venezolanos no hemos actuado egoístamente, como por allí se dice, somos humanos y tenemos familia y cualquiera que pase por esa situación lo apoyaremos. … Como venezolanos y conscientes de la situación que está viviendo hoy el Presidente, ponemos nuestro grano de arena en esta Asamblea para que (el Mandatario) vaya a Cuba a hacerse su tratamiento”.

Sra Dip. Sanz, ¿qué quiso decir usted con: “somos humanos y tenemos familia y cualquiera que pase por esa situación lo apoyaremos”?. ¿Insinuó usted, que a las familias con enfermos en estado grave, les basta con dirigir una simple carta a la Asamblea, sin ningún informe médico, y entonces serán montados en un avión a La Habana, o de no haber aviones disponibles, ingresarán en las clínicas privadas en nombre de la solidaridad?

Sra Dip. Sanz, qué quiso decir usted con: “ Como venezolanos y conscientes de la situación que está viviendo hoy el Presidente, ponemos nuestro grano de arena…”. Sra. Diputada, ¿Cuál es la situación que está viviendo el Presidente? ¿Porque usted, en esa misma intervención, pidió un informe médico?

Evidentemente que la bancada de la oposición ha representado un avance en el estado de cosas de la política nacional. Pero eso no quiere decir, que ustedes pueden vacilarse al país, por ejemplo, al país representado por las personas con enfermedades graves (y por ende a sus familias), y que no tienen a donde ir.

El tema de la “enfermedad” no es un punto cualquiera de la agenda nacional. Es un punto que exige una posición centrada en principios. Si un personaje público, en este caso del nivel presidencial, no presenta un informe médico creíble, ¿como ‘carajo’ pueden ustedes darle un permiso para que se vaya al país que dice haber descubierto la enfermedad, el mismo que además está contribuyendo a la destrucción nacional?.

En segundo lugar, la posición por ustedes adoptada, representa una ofensa al sistema de salud venezolano. No me imagino al presidente de un país serio, y que además se dice soberano, mandando a su presidente a otro país.

Dip. Sanz, ¿se imagina a cualquier presidente de Europa, para no hablar del imperio o de China, mandando a su presidente, por ejemplo, a Cuba? ¿O se imaginan a Fidel o Raúl viajando a otro país para operarse? Yo me imagino que cualquiera de esos presidentes, si sabe que hay un especialista muy renombrado en otra nación, lo traerían a su país, para que en algún hospital o clínica privada atendiera a su presidente, tal y como lo hizo el mismísimo Fidel.

Sra. Diputada, tengan principios claros. Si no hay un informe médico serio, realizado por médicos venezolanos, no puede haber un permiso.

Lo correcto política y éticamente es “salvar el voto”, al menos, hasta tener un informe creíble, y que incluya además, la confirmación de que esa enfermedad no puede tratarse en el país, o porque no hay especialistas, o porque no hay infraestructura para ello, o porque no hay tiempo para montarla.

Sra. Diputada, saben muy bien que estos señores tienen una mayoría producto de un truco legal de última hora, y que por tanto no necesitan a la oposición para aprobar un permiso.

Sres. Diputados de la MUD: ¡cómo le han servido al Régimen esos 2 permisos !
 
Basta ver como el oficialismo le restriega por la cara, a los periodistas extranjeros que cuestionan la existencia de una enfermedad, el permiso dado por ustedes. El argumento es trivial: Si ellos (oposición) dan permiso es porque tienen la información médica; entonces periodistas extranjeros, dejen de preguntar pendejadas.
Imagine por un momento Sra. Diputada, que se descubriera que lo de la “enfermedad” es mentira. ¿Cómo quedarían sus palabras?

Y si fuera cierta la existencia de la “grave enfermedad”, ¿no debería ser tratado el personaje en nuestro sistema de salud? ¿Pondría un país soberano la salud de su presidente en manos de médicos y políticos extranjeros? Y si muere en esas manos, ¿qué tendríamos que esperar? ¿cuándo nos enteraríamos del deceso? ¿Cuántos convenios podrían aparecer de repente, y de paso avalados por ustedes mismos, desde el preciso instante en que otorgaron los permisos?

Sra. Diputada, en este tema relevante para el país, llevan de dos dos, y si vuelven a dar otro permiso, ¡estarán ponchaos!

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