"Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena.” Mahatma Gandhi
Anoche, como tantas
noches que revelan la naturaleza del Régimen, los estudiantes libertarios
fueron objeto de una arremetida de la violencia oficial. Siete heridos, una
policía poco activa y la ciudadanía viendo los toros desde la barrera. El
silencio los buenos ante el poder de los no tan buenos.
Nuestra historia, la
humana, está magistralmente reflejada en
el dilema inmortal: SER O NO SER.
SER LIDER o NO SER, SER
BORREGO o NO SER, son dos espadas de Damocles que tenemos sobre nuestros
cuellos. Y esto nos coloca de una frente al ‘14A’.
CAPRILES, luego de re entusiasmar
a cientos de miles de ciudadanos tricolores,
se encuentra en su real encrucijada: “ante el CNE: CALLAR o NO CALLAR.”
Y está a punto de dar el
paso que aspiran los tricolores para
ratificarlo como LIDER.
En los últimos actos
ha pedido que la gente vaya a votar distribuyéndose durante todo el día, y que
a las 6 de la tarde nadie abandone los centros de votación.
Pero necesitamos que de
el segundo paso para hacer realidad que EL VOTO SEA LIBRE Y ELIJA DE VERDAD.
Y eso se resume en NO
CALLAR, en decirle al CNE que para reconocer los resultados ellos deben
eliminar las captahuellas y permitir que se cuenten todos los votos, acuñando
una y otra vez dos frases sencillas: CERO
CAPTAHUELLAS y MESA CERRADA MESA
CONTADA.
CALLAR o NO CALLLAR es
la clave de un Líder para acompañar al pueblo en su proceso de liberación de las modernas cadenas que este Régimen
montó.
Pero así como CAPRILES está
atrapado por la decisión más importante de su vida, los ciudadanos también
estamos reflejados en otro dilema: EXIGIR o NO EXIGIR.
Ya todos sabemos lo que
significó el CALLAR y el NO EXIGIR el 7 de octubre.
Pero en nuestra trinchera, la de los
ciudadanos, los estudiantes están marcando la pauta, con su decisión de EXIGIR,
a sabiendas que han puesto en juego lo más importante de cualquier persona: LA
VIDA.
Ahora bien, el punto
más importante en estos 3 días que vienen es ver cómo se pueden articular
inteligentemente el NO CALLAR de CAPRILES y EL EXIGIR de los demócratas
venezolanos.
La frase que tituló un
gran artículo de Eric Ekvall es de mucho peso para nuestra reflexión de viernes
y sábado: “¿Tanto nadar para morir en la orilla?”
Nadie pone en duda el
inmenso esfuerzo de CAPRILES. Y él tampoco puede desmovilizar la enorme energía
de millones de demócratas que aspiran a cambiar pacíficamente el rumbo del país,
que anhelan la reconciliación y exigen FUTURO.
Si CAPRILES NO CALLA y
demanda lo justo al CNE, ese pueblo tricolor lo hará realidad desde el mismo
amanecer del domingo 14 de abril.
Si CAPRILES no demanda
lo justo al CNE, ese mismo pueblo, “para no morir en la orilla”, deberá hacerlo
desde el mismo momento en que se haga presente en las colas de votación.
Y EXIGIR en nuestro
caso, significa para mí lo siguiente:
Cara al 14 de abril:
- CERO CAPTAHUELLAS para garantizar la libertad del elector en el momento de la verdad, cuando esté cara a cara con la “máquina de votación”;
- MESA CERRADA MESA CONTADA para maximizar la real posibilidad de que el Voto Elija de Verdad;
Cara al 15 de abril:
- EXIGIR la AUDITORÍA INTEGRAL de los CUADERNOS DE VOTACIÓN, para saber quienes votaron sin cualidad legal para hacerlo, cuántos (huellas dactilares idénticas) votaron en diversas mesas, y cuántos que votaron no existen, o no son ubicables.
Estos puntos solo
dependen de una decisión administrativa del CNE.
El punto 3, totalmente
natural en un país democrático, es lo que en las series de televisión han dado a
conocer como la “escena del crimen”.
Y para hacer realidad el
cambio pacífico que reclama la sociedad, solo hace falta una cosa: que nos
contagiemos de la voluntad libertaria de los estudiantes, y que luego de
desayunar completo, llamemos a todos a sentarnos en las colas de votación hasta
que el CNE decida y comunique cuál será
su rostro ante la historia, y el pueblo, constituido en Poder Originario decida
que hará si este CNE asume ponerse al servicio del proyecto de los Gorilas.
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