Recientemente en una de las tantas propagandas que el Régimen nos impone, tuve la oportunidad de escuchar una vez más la tan cacareada frase pronunciada, por el “ego de los egos cubanos”, al momento del juicio a su primera aventura política fracasada: “La historia me absolverá” (1953).
Han pasado casi 60 años de esa frase que dio la vuelta al mundo. No vamos a negar la fuerza de su embrujo durante los cincuenta, sesenta y setenta. Canciones, discursos, videos, libros, leyendas… Fue una “frase de frases”, pronunciada, muy probablemente, por el gran maestro de los ególatras latinoamericanos del siglo 20.
Han pasado casi 60 años de esa frase que dio la vuelta al mundo. No vamos a negar la fuerza de su embrujo durante los cincuenta, sesenta y setenta. Canciones, discursos, videos, libros, leyendas… Fue una “frase de frases”, pronunciada, muy probablemente, por el gran maestro de los ególatras latinoamericanos del siglo 20.
Me vino entonces a la cabeza otra frase, famosa por estas tierras, que se incubó en los llanos de Barinas, y que hizo su debut en la fracasada aventura del golpe del 92, así casi 20 años: “Por ahora”.