No se justifica la violencia armada, con todo y la represión de la cual ha sido objeto el pueblo vasco (muy en particular en la dictadura férrea del militar Franco). Hay que recordar que tanto los españoles y la sociedad vasca saltaron de alegría el día en que la ETA ejecutó al presidente español, sucesor de Franco, el Almirante Carrero Blanco. En ese momento los españoles y vascos gritaron viva ETA, y más aún, se abrió un nuevo espacio en el proceso de evolución de España y los pueblos que están vinculados a ella.
Por eso, es importante entender los procesos históricos de los pueblos, y en el caso que nos ocupa, destacar el carácter no terrorista de las acciones de la organización armada ETA.Y digo no terrorista, porque por lo menos el 90% de los atentados fueron dirigidos a militares y policías del aparato represivo español, y no a la población civil. Y en muchos de los casos donde hubo víctimas civiles fue por complicidad del aparato policial que no avisó de la existencia de una bomba previamente anunciada por la ETA.
Parafraseando al líder político mas importante del siglo pasado, Ghandi, el pueblo vasco debería lograr su independencia a través de una victoria moral superior a la que se logra con la violencia. Ese hombre pequeño, que desafió una forma de concebir la política y la lucha, tanto de los represores como de los reprimidos, dijo, que no quería la independencia a través de muertos sino a través de una conciencia superior, que contribuya a promover desde ese mismo momento en que se lucha, una sociedad basada en la fraternidad, la libertad, la justicia, y el futuro pleno para las generaciones por venir.
Aquellos españoles que tanto atacan a la ETA, junto con sus medios de comunicación que tanto poder tienen, y que en innumerables oportunidades usan para desinformar y desvirtuar la historia, con el eco que le hacen otros medios en países como el nuestro, Venezuela, deberían estar trabajando para aprovechar la tregua indefinida declarada por la ETA, y así generar un nuevo espacio político para las autonomías como la vasca y catalana, que reclaman justamente, una nueva forma de entender las relaciones, por un lado, con el centralismo español representado claramente por el PSOE y el PP; y por otro, con la nueva geometría política europea.
La ETA, con casi 25 años de atraso, dio un importante paso al declarar la tregua indefinida. Usar casos como el del señor Cubillas para tapar este gran hecho político, simplemente deja de manifiesto el interés del centralismo español en mantener a toda costa y con excusas “baratas”, un “orden” que ya muestra claros signos de obsolecencia en el siglo 21. Es curioso ver como muchos españoles hablan de ecologismo y defensa de las especies en extinción, y por otro lado, sienten que a la cultura vasca y al idioma vasco hay que acabarlo lo antes posible. Por cierto, un idioma que es muy pero muy anterior al latin, de donde descienden, el español, el gallego, el asturiano, el catalán, el italiano, el francés, el portugués, y paremos de contar.
Una cultura de reconocimiento de los otros, de impulso de los poderes creativos de cada pueblo en función de superar los retos del siglo 21, es la nueva hegemonía de cooperación que debe promoverse y consolidarse en el mundo actual, donde entre otras cosas, los militares deben estar totalmente subordinados a la instituciones de la sociedad civil.
A los periodistas venezolanos, es importante recordarles, que en el mes de noviembre del año 1980, un comando del GAL asesinó de 50 balazos a un matrimonio vasco, en su apartamento en Las Palmas. Si vamos a hablar de terrorismo, ésta fue una operación del terrorismo del gobierno español del señor Felipe Gonzalez, el mismo que convino con Carlos Andrés Pérez (a finales de los setenta) que los refugiados vascos en Francia se instalaran en Venezuela.
Para finalizar, la comunidad Vasca en Venezuela, ha contribuido de innumerables maneras al desarrollo del país, y siempre ha hecho público, desde los años cuarenta (final de la cruenta guerra civil española) el gran agradecimiento a la sociedad venezolana por haberle abierto las puertas para insertarse en el país.
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