El 27 de febrero del año 2004, sectores democráticos de la sociedad marchaban rumbo al Teresa Carreño a entregar una carta al “Grupo de los 15” *. Ese evento tenía algo particular: la presencia de un “asesino de gentes”, el dictador Mugabe. A la altura de la sede de Cantv en Colegio de Ingenieros, fue recibida por militares fuertemente armados, y con una orden clara y simple: “reprimir”.
Ese día, los “civiles del oficialismo” desaparecieron de la ciudad. La represión tenía un solo color: “el verde oliva”. Una vez que los “militares” reprimieron brutalmente la marcha, distintos grupos de ella se repartieron por la zona. Fue bloqueda la autopista Francisco de Miranda, así como la Libertador y zonas adyacentes a Plaza Venezuela. Leímos con estupor, como funcionarios de la DISIP con fusiles de mira telescópica hicieron acto de presencia en las cercanías de la entrada a la UCV, e hirieron al menos a 4 personas, entre las que había personas de la tercera edad. Fue un día muy largo, que dio inicio a una protesta que duró casi 7 días.